20.12.14

LA REINA MAB

Tú, que no me preguntas dónde vivo,
mereces la respuesta más que nadie:
no hace falta buscarme en lo profundo
del bosque, ni a la orilla de algún lago
donde flotan cadáveres hinchados,
ni en las húmedas grutas, ni en las cumbres
donde hay flores de azúcar o de hielo.
Estaré donde quieras contemplarme
por detrás de tus párpados cerrados.
Allá donde tus ojos me den alas.


Amalia Bautista, Falsa pimienta

Imagen: Marc Chagall

7.12.14

LOS GRANOS


Un hombre viejo se posa en la plaza
en estado de estatua
parece no advertir esos pájaros que pasan en busca de granos
los ojos fijos en la nada que es ahora
cada arruga que ve trae consigo una contienda
que pesa en el alma hecha hierro
no hay nada más que volar de sí
siente los movimientos cada vez más lentos
siente la sangre arrastrándose por las venas
Asiste bien a la presa fácil que se ha vuelto
Y no es la vida vaporosa que por fin escapa
Es el tiempo que le alcanza.

Narlan Matos, No acampamento das sombras (Trad. José A. García Caballero)

Imagen: El enigma de un día, Giorgio de Chirico

29.11.14

Vapuleado de un lado a otro, con tu vieja maleta y
confiado por tu padre al policía del tren
recorriste la España desolada de olor a carbonilla
y berza con costras de cura viejo, mezcladas
con sangre inocente en la sotana negra
hacia un internado que nunca acabaría. Allá te ibas.
A formular el mundo para no entenderlo
en su más baja alegoría o sádica forma.
¿Qué hiciste? ¿Y qué haces aquí ahora? ¿Por qué te
esfuerzas en remontar la escala para caer
de nuevo? ¿Para qué remontas el río, el cerro?
¿Para comprobar que el sol midió tan solo
la extensión de un dedo humano? ¿Qué
llevas en tu maleta sino una muda limpia colocada
por tu madre para un solo viaje dedicado
a enterarte de que todo cuanto tocaste
se preñaba de tu muerte? Cuando os hallaron juntos
en la playa, la valija permanecía inaccesible
al aliento que retuvo: azar y necesidad sumaban
ahora los contrarios en la sangre confiscada.
Dionisio y Apolo ya unidos por siempre en tu locura.


Miguel Veyrat, Pasaje de la noche (Ed. Barataria, 2014)

Imagen: Edward Munch, Atardecer en el paseo Karl Johann

26.11.14

Verás algunas veces
cambiar la posición del Sol
entre los alaridos
de coches que no hablan.

Verás, si quieres verlo,
el lento retozar de dos gaviotas
jóvenes que se adentraron
hasta la hierba fresca.

Verás unas palabras
por una vez distintas
escritas en paredes.


Luis López Navarro, Equinoccio (Ed. Neopàtria, 2014)

Imagen: Edward Hopper

15.11.14

ATENAS




Es un calor distinto. Se mezcla con el ruido
de las calles sin orden,
con la voz de una lengua temblando entre olores
de cuero, enredadera y paredes gastadas.
Agua fresca a cincuenta céntimos, pero es sed
de mármol la que acucia,
y el sudor es el gesto de mantener la vista alzada, nada más
que una inercia de cielo.


José Ángel García Caballero, Buhardilla (Valparaíso ediciones, 2014)

El autor presentará el libro el lunes 17 de noviembre a las 19:30 en Galería Imprevisual (C/Doctor Sumsi, 35B). El acto correrá a cargo de Rafael Correcher y contará con la colaboración de la Librería Bartleby.

27.10.14

PIE DE PÁGINA

Si lees que el ocaso es una mancha
de luz que va latiendo como una despedida,
el trazo de un puñal – violín de luna –
en los bordes oscuros de las cosas,
esa lenta sospecha del agua tras los árboles
o una última herida inesperada,
detente,
a pie de página traduce
que atardece y se acercan esas horas
en que, tras unas copas, la nostalgia
te seduce y se empeña en subir a tu casa,
en abrirte la cama con fingido deseo
y quedarse esa noche a dormir a tu lado.


Trinidad Gan, Papel ceniza (Ed. Valparaíso, 2014)

Imagen: Pablo Gallo

7.9.14

LIV

ha vingut la meua cosina
i m’ha dut un disc de raimon.

cantava raimon
i cantava la pedra i el vent.

oprimia jo la má d’isabel.

en acabar el disc,
la meua cosina estaba plena d’alegria.
Isabel i jo ploràvem.

quan voldran els déus, o qui siga,
que acabe aquesta situació.

arraparía les parets.
Isabel se n’ha anat a la cuina

i m’ha dut un got d’aigua.



V.A.Estellés, Horacianes


Imatge: Helena en la Cala de Sant Vicent
Música: Al vent, Raimon

26.7.14

LAS ROSAS DE BABILONIA

No me preguntes cómo pasa el tiempo.
Liu Kiu Ling


No me preguntes cómo pasa el tiempo.
El caso es que ya estoy un poco sordo
y el pelo me blanquea. Sin embargo,
aún siento un no sé qué, algo muy tenue
(como un temblor de luna en un estanque),
aquí, justo en la boca del estómago,
cada vez que te miro. Qué curioso,
qué curioso, ¿verdad? Qué raro: el tiempo,
que en Babilonia destruyó las rosas,
que terminó con Júpiter y a polvo
redujo los imperios y las caras
(que todo se lo llevó por delante
como un rinoceronte enloquecido),
me parece que hoy se va a dejar
los dientes (por lo menos), en su inútil
empeño de ir borrándote esos ojos
que intactos —yo lo quiero— aquí se quedan.


Víctor Botas

Imagen: Jardines colgantes de Babilonia. Heemskerck.

6.7.14

EXPEDICIÓN

                                                           Lo intacto, tarda.
                                                           ANTÓNIO RAMOS ROSA

Del corazón a lo perdido
hay una enorme distancia de nieve,
un solo de Miles Davis por el aire
y unos pasos que no dejan huella.

La memoria observa en silencio
las heladas cumbres lejanas,
mide sus peligrosos riscos,
sus laderas inaccesibles
y poco a poco se resigna como un escalador solitario
que sabe que por ahora es inútil
intentar de nuevo cualquier expedición,
y desde su tienda de campaña azotada por el viento
como una bandera abandonada
mira encogido, con tristeza y con frío
su derrota en las extensiones de la blancura.

Lo intacto, tarda.


Ramón Cote Baraibar, Como quien dice adiós a lo perdido. (Valparaíso ediciones, 2013)

Imagen: Chico en el Monte Fuji. Hokusai.

15.6.14

SIN TECHO



Llueve sobre las rectas calles
de la costumbres. Llueve un agua
posible, misteriosa, secreta, llueve un agua
de dar. Cae callada, pues ése
es su imperio: su mayor potestad,
estas hojas vencidas que nos tienen
sin bordes. El amor es el manto que nos cubre de pronto.
El lugar, unos ojos, una mirada al fin
de la noche sin habla,
más allá, traspasados, yo de ti, tú
de mí. Unidad, es bastante,
suficiente esta brisa,
este viento que pasa y nos colma de lluvia
y nos limpia la frente, porque somos ya uno:
uno solo en el otro, en el pie del que sufre
y en la sed del que clama.

El amor es el agua que ha llegado de pronto,
con su gracia cayendo libremente, completa,
cuando aún es de noche
-noche al fin clareada-. Y es porque llueve, llueve,
llueve un agua en silencio.
Llega hasta los bajos fondos
de la misericordia. Deja mudas
canciones, una paz
sin memoria, esta vida
sin techo ya.


Adolfo Cueto, Diverso.es (Ed. Visor, 2014)

Imagen: Paisaje bejo la lluvia, Van Gogh

5.6.14

LA OCULTA PESADILLA DE TELÉMACO

Y siempre, siempre sufrirás en los aposentos el olor indeleble de los pretendientes,
en sus fiestas privadas participarás en recitales de insulsos poemas, oirás
juramentos de fe que sabes sin embargo que pronto serán olvidados
ad gloriam. Tú – susurrabas – a otras cosas
estabas destinado.

Puesto que el polvo implacable lo cubrirá todo:
las discotecas que frecuentabas, las salas de billar, las escaleras de mármol de las interminables confesiones amorosas, en sus ruinas
serán descubiertos mañana aquellos nombres reprimidos que te comprometen, y tú
con rotas esperanzas te preguntarás, midiendo las distancias, cómo sobreviviste,
sacarás de los cajones cartas amarillentas, romperás promesas incumplidas y viejos resguardos de billetes,
planeando de nuevo y a prisa episodios de tu vida ad gloriam.

En los funerales de tus amigos con amargura notarás
que ya no son escuchadas tus oraciones.


Dimitris Angelis, Aniversario (Trad. Virginia López Recio). Ed. Valparaíso, 2014

Imagen: Antonio Canova. El regreso de Telémaco

29.5.14

ORFEO

Los corceles de Orfeo vuelan por el cielo del desierto
sin preocuparles el tiempo que vendrá. Saben que
sólo me interesa la colina donde se ven las
velas de los ángeles que alumbran todos los pinos
de la ciudad. El otoño se derrumba con el árbol seco
de mi patio, mientras que todos los pájaros esperan
en fila la reaparición del orden en los cielos.


Miguel Ángel Zapata, La ventana y once poemas (Ed. Cuadrivio. México, 2014)

Imagen: Orfeo. Corot, 1861

22.2.14

Recordando

Yo voy soñando caminos 
de la tarde. ¡Las colinas 
doradas, los verdes pinos, 
las polvorientas encinas!...

¿Adónde el camino irá? 
Yo voy cantando, viajero, 
a lo largo del sendero... 
—La tarde cayendo está—.

En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día;
ya no siento el corazón.

Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.

La tarde más se oscurece;
y el camino se serpea
y débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.

Mi cantar vuelve a plañir:
Aguda espina dorada,
quién te volviera a sentir
en el corazón clavada.

Antonio Machado (26-7-1875; 22-2-1939)


Imagen: tarde en Sevilla
Música: Serrat, He andado muchos caminos

13.2.14

a Vito Domínguez Calvo

SÍSIFO

Recomienza…
Si puedes,
sin angustia y sin prisa.
Y los pasos que des,
en ese camino duro
del futuro,
dalos en libertad.
No descanses
hasta que no llegues.
De ningún fruto quieras sólo la mitad.

Y, nunca saciado,
ve cogiendo
ilusiones sucesivas del manzano.
Siempre soñando
y viendo,
despierto,
el logro de la aventura.
Eres hombre, ¡no te olvides!
Sólo tuya es la locura
donde, con lucidez, te reconoces.


Miguel Torga, Diario XIII (Trad. José A. García Caballero)

Imagem: Sísifo, Tiziano

2.2.14

MUSEO BRITÁNICO
(Los mármoles de Elgin)

En la fría sala del Museo
contemplo
la bella y solitaria Cariátide robada.
La sombría dulzura en su mirada
con insistencia dirige
al vigoroso cuerpo de Dioniso
(en voluptuosa postura cincelado)
que apenas dista dos pasos.
La mirada de él se ha posado
en el rotundo talle de la joven.
Sospecho que estos dos mantienen
un prolongado idilio.
Y así, cuando al atardecer la sala se vacía
de tantos visitantes ruidosos,
imagino a Dioniso
alzarse con sigilo de su puesto
para no levantar sospechas
de los vecinos relieves y estatuas,
y, todo pasión, lanzarse
a doblegar el pudor de la Cariátide
con vino y caricias.

Pero puede que me equivoque.
Quizás otra relación les una
más fuerte, más dolorosa:
En las veladas invernales
y en las deliciosas noches de Agosto
los veo
bajar de sus altos pedestales,
olvidado el formal gesto diurno,
y, entre suspiros y lágrimas de nostalgia,
reconstruir con pasión en su memoria
los Partenones y Erecteones que les fueron arrebatados.


Kikí Dimulá, La pasión de la lluvia (Ed. Point de Lunettes, 2013). Trad. Πέμπτη στις πέντε. (Jueves a las cinco)

Música: http://www.youtube.com/watch?v=t7B2aElFNv4