29.9.09

c'est la vie


LAS VENTANAS


Quien desde fuera mira a través de una ventana abierta, jamás ve tantas cosas como quien mira una ventana cerrada. No hay objeto más profundo, más misterioso, más fecundo, tenebroso y deslumbrante que una ventana tenuemente iluminada por un candil. Lo que la luz del sol nos muestra siempre es menos interesante que cuanto acontece tras unos cristales. En esa oquedad radiante o sombría, la vida sueña, sufre, vive.
Por sobre las olas de los tejados, acierto a entrever a una mujer madura, arrugada ya, pobre, perpetuamente enfrascada en su tarea y que nunca sale. Con su rostro, con su atuendo, con sus gestos, con apenas nada, he reconstruido la historia de esta mujer, o quizá fuera mejor decir su leyenda, y de vez en cuando, entre lágrimas, me la recito a mí mismo.
De haber sido un pobre anciano, habría reconstruido la suya con la misma naturalidad.
Y me acuesto, satisfecho de haber vivido y padecido en la piel de otros.
Y tal vez me digan: "¿Cómo sabes que esa leyenda es la verdadera?". ¡Qué me importa la realidad que se halle fuera de mí, si me ha ayudado a vivir, a sentir que soy y lo que soy.

Charles Baudelaire



Imagen: Magritte, "los valores personals"


y siguiendo con la armonía francesa, os dejo con Brel "la chanson des vieux amants":


23.9.09

tulipanes


LOS EXTRAÑOS




Esa mano que coloqué sobre ti, imagina
que no existiera, donde empezaba, trémula, la declinación
de tu camisa abierta, el ocaso diferido en cada vidrioso
botón ártico, camisa rojo pálido – imagina
que no existiera – estos dedos demorados en la superficie de
algodón, navegando sobre la firme superficie –
imagina que no haya un lugar en el que pueda existir
este ansia de un lugar en el que descansar
para levantar una pequeña civilización –
aquí entre el musgo y los largos pasillos de luz vespertina
entre las exageraciones de ornamentos rojos
dispuestos, en la lenta caricia del día, por el apartamento
de ladrillo,
nada voraz, nada intentando que un plan descubra su lugar,
uno de nosotros contra el árbol, uno como una sombra
sobre el agua, uno implorando, uno tomando medidas,
pensando, repensando,
entre el miércoles y el jueves,
imagina que no existiera, el lugar
en que esta mano se dejo caer por vez primera
sobre tu corazón, entre algodón vaquero y carne,
atrapándolo para siempre, fruto primero, de su rama,
cohibido, un portazo, coches atascados frente al semáforo –
¿es acaso un lugar muscular?
¿es acaso cadencia lo que esta palma pide?
prometida con el instante,
jurando lealtad,
un breve diálogo entre nosotros, como huellas,
¿puede el batir del ala atravesar la envoltura de carne
para alcanzar la mano quieta sobre ti, una insignia, una radiografía,
localizando, asediando, una hipótesis, monosilábica,
sobre el ágil corazón de lata, chismoso – impecable –
para hacer que tú existas –
¿A través de que nombres está hojeando el viento, tratando de vernos?
Y a nuestras espaldas: los tulipanes que surgen de la nada –
la tierra destapándose por miles de orificios. Tan sencillo.
Un dedo gordo tras otro. Manos enteras. Forcejeando hacia arriba.
Son flores porque acaban donde acaban.


Jorie Graham


Imagen: "Campo de tulipanes", Van Gogh


y una bellísima canción "hoy por hoy" de Javier Krahe:


19.9.09

sobrecogimiento


PEQUEÑO VALS VIENÉS

En Viena hay diez muchachas,

un hombro donde solloza la muerte

y un bosque de palomas disecadas.

Hay un fragmento de la mañana

en el museo de la escarcha.

Hay un salón con mil ventanas.


¡Ay, ay, ay, ay!

Toma este vals con la boca cerrada.


Este vals, este vals, este vals, este vals,

de sí, de muerte y de coñac

que moja su cola en el mar.


Te quiero, te quiero, te quiero,

con la butaca y el libro muerto,

por el melancólico pasillo,

en el oscuro desván del lirio,

en nuestra cama de la luna

y en la danza que sueña la tortuga.


¡Ay, ay, ay, ay!

Toma este vals de quebrada cintura.


En Viena hay cuatro espejos

donde juegan tu boca y los ecos.

Hay una muerte para piano

que pinta de azul a los muchachos.

Hay mendigos por los tejados,

hay frescas guirnaldas de llanto.


¡Ay, ay, ay, ay!

Toma este vals que se muere en mis brazos.


Porque te quiero, te quiero, amor mío,

en el desván donde juegan los niños,

soñando viejas luces de Hungría

por los rumores de la tarde tibia,

viendo ovejas y lirios de nieve

por el silencio oscuro de tu frente.


¡Ay, ay, ay, ay!

Toma este vals, este vals del "Te quiero siempre".


En Viena bailaré contigo

con un disfraz que tenga

cabeza de río.

¡Mira qué orillas tengo de jacintos!

Dejaré mi boca entre tus piernas,

mi alma en fotografías y azucenas,

y en las ondas oscuras de tu andar

quiero, amor mío, amor mío, dejar,

violín y sepulcro, las cintas del vals.


Federico García Lorca


Imagen: dibuja lorca


y suena, claro, Leonard Cohen, que ayer no pudo bailar este vals:


16.9.09

septiembre


SEPTIEMBRE



Las nubes se persiguen en el cielo

jugando al escondite y en la esquina

del bulevar un gato encapuchado

de negro huele el aire alrededor,

como pensando: hoy se terminan

las vacaciones. Se acaba este agradable

ocio estival, he de volver yo también

al habitual sillón. Se va el verano

entre nieblas de memorias. Quién sabe

si retendré el recuerdo de aquellos resplandores

en el brumoso sol urbano.



Eugenio Montale


Imagen: Cala de San Pedro (Las negras, Almería, 5 de septiembre)


y una bonita canción de Buenafé, como para recordar La Habana:


8.9.09

comboio


Qué tren es éste que me lleva
entre sobresaltos y tumultos
de visita al meollo de la noche

- hasta su descanso más hondo
donde la propia memoria
de los días se estancó
y ya sólo es un charco de sí misma,
y ya no se oyen ranas, sino lloro
y rechinar de dientes.

Qué tren es éste, qué viaje,
qué galaxia por destino.




A. M. Pires Cabral (Trad. Viernes)


Imagen: pintura de Paula Rego


y suena Bob Dylan, "Love sick":