17.1.16

CIUDAD

Creías que habitabas la ciudad.
Tú nunca lo notaste,
pero cuando caminas
se derrite el cemento
y trepa por tus venas como sangre
y llena el corazón y te endurece.

Quizás no te des cuenta, pero el humo,
se cuela por tus poros.

Ni siquiera sospechas
que cuando ves un edificio,
brota un ladrillo en ti
y crece el rascacielos que tapará tu boca.

Y no podrás cantar,
y no podrás reír,
y no podrás besar aunque lo intentes
porque serás de piedra;
una vulgar estatua sin peana
cubierta de excrementos de paloma.


Pilar Verdú, “Axis mundi” (Dip. Soria. 2014

Imagen: De Chirico, Enigma en una tarde de otoño
Música: Vangelis, Dawn

14.1.16

ORACIÓN DESDE AQUÍ

Y sin embargo, sé que te he negado
en muchas horas; sé que todavía
te he de negar quizás y que tu sombra
me habrá de vigilar desde la altura.

Tal vez sea mi carne y la de otros,
hilada en el tejido de los sueños,
menos que sombra, acaso sólo eso:
fantástico deseo impronunciable.

Nosotros los cargados de preguntas,
los padecidos de preguntas y sueño,
tal vez no merezcamos tu presencia
final, tras la jornada que termina.

Baja la luz es ya, y en el poniente,
alguien contempla una figura noble
que protectora alarga sus dos brazos
hacia nosotros; otros ciegos miran
y nada ven, y acaso aman más hondo.

Pasan los años fatigados, lentos
como bueyes en campos amarillos,
y en la llanura inmensa que se alarga
crepuscular, aún no sabemos
si toda labor ha sido inútil.

Y acaso así sea; y acaso sea
necesario que tal consideremos
nuestro vivir, por merecer un día,
tras la fatiga entre la mar del odio
y la vacilación de Ti, mirarte
surgir en medio de las olas.


Carlos Bousoño

Imagen: John Constable, "El carro de heno"