23.1.15

Ἐγὼ θὰ βγῶ σὲ λίγο. Εὐχαριστῶ. Γιατί ἐπιτέλους, πρέπει νὰ βγῶ ἀπ᾿ αὐτὸ τὸ τσακισμένο σπίτι.
Πρέπει νὰ δῶ λιγάκι πολιτεία, -ὄχι, ὄχι τὸ φεγγάρι –
τὴν πολιτεία μὲ τὰ ροζιασμένα χέρια της, τὴν πολιτεία τοῦ μεροκάματου,
τὴν πολιτεία ποὺ ὁρκίζεται στὸ ψωμὶ καὶ στὴ γροθιά της
τὴν πολιτεία ποὺ ὅλους μας ἀντέχει στὴν ράχη της
μὲ τὶς μικρότητές μας, τὶς κακίες, τὶς ἔχτρες μας,
μὲ τὶς φιλοδοξίες, τὴν ἄγνοιά μας καὶ τὰ γερατειά μας,
-ν᾿ ἀκούσω τὰ μεγάλα βήματα τῆς πολιτείας,


Saldré dentro de poco. Gracias. Porque, a fin de cuentas, debo
salir de esta casa agrietada.
Debo ver un poco la ciudad –no, no la luna-
la ciudad con sus manos callosas, la ciudad del salario,
la ciudad que jura por su pan y por su puño,
la ciudad que a todos nos soporta sobre sus espaldas
con nuestras pequeñeces, nuestras maldades, nuestros odios,
con nuestras vanidades, nuestra ignorancia y nuestro envejecimiento –
debo oír los grandes pasos de la ciudad


Yannis Ritsos, Sonata del claro de luna

Imagen: Yannis Moralis, Figura

17.1.15

No hay sitio aquí para colocar ningún espejo
HUI-NENG

Tampoco existen los espejos.
(Que alguien defina uno.
Que alguien confiese que quedó satisfecho.)
La mente no es espejo.
El despertar no es árbol.
Pero aun si todo dentro
tiende a la desaparición,
tenderemos las ramas
de un lenguaje imperfecto.
Es casi inevitable.
Se frustrará el vacío.
Ganaremos un poco de belleza.


Vanesa Pérez-Sauquillo, La isla que prefieren los pájaras (Ed. Calambur, 2014)

Imagen: El regreso, Magritte

4.1.15

Yo te bautizo en el nombre del mar,
dijo mi madre con barcos en la voz.
Y las olas ligaron mi nombre a las aguas,
abriendo en las entrañas del cuerpo un impulso
salado que blandió mi sangre.
Sé ahora que hay anclas ahogadas
entre mis ojos: nítido eco de todas las demandas.


Graça Pires, Espaço livre com barcos (Lisboa, 2014. Trad. José A. García Caballero)

Imagen: Eduard Manet
Música: Haris Alexiou