28.7.08

Em Lisboa


EN LISBOA





Entras al café y te sientas en esa mesa
que aún no está limpia, como si no tuvieses otra
opción. Apartas de ti el cenicero, la taza todavía
tibia, el vaso de orujo bebido hasta la última
gota, y sacudes los cabellos para que se disipen las sombras que allí
estuviesen. Tus ojos quedan fijos al techo
donde quedó una cinta para capturar moscas
de un verano muy antiguo. Manchas de humo, humedad
y yeso a la vista, componen el abstracto cuadro donde
buscas algún sentido para lo que te falta. Tus manos titubean
sobre las piernas, como si no hubieses
decidido qué hacer. Pero, ahora, ¿adónde irías, si volvieses
a salir, cuando la tarde cayó
y ya no se ve quien pasa a través
de los escaparates?
Y si te quedaras, ¿quién podrá llegar,
a esta hora para no dejarte a solas,
en esta mesa donde el camarero
se demora en venir para limpiarla? Sin saber el porqué,
guardé tu imagen y ando con ella en estos versos
que conocen tu nombre sin nunca revelarlo,
como si les hubieses pedido que guardasen el secreto.



Nuno Júdice, A matéria do poema (Trad. Viernes)

Imagem: Parque Eduardo VII, 22-7-08, Lisboa

Ouve-se Mariza:

16.7.08

mais Lisboa


CORAZÓN FRÍO




Últimamente me demoro a través de los meses.
Ni el campo perfumado se entrega ya al olfato.
Cayó en desuso la desusada suerte
de las enredaderas.
A orilla de las tiendas, una estaca de niebla eterniza
la soledad del nómada.
Rehén de una edad que encanece es este cuerpo,
el corazón frío.


José Agostinho Baptista (Trad. de Viernes)


perdón por la tristeza de los últimos posts, pero quizá la belleza siempre tuvo los ojos tristes, por lo menos es así cuando se habla de Lisboa... Suena Ana Moura:

11.7.08

tropiezo con Chagall


Y perdí mis fantásticos castillos
como niebla distante que se esfuma...
Quise vencer, luchar y defenderlos,
pero quebré mis lanzas una a una.

Y perdí mis galeras entre hielos
que se ahogaban sobre un mar de bruma...
-Tantos escollos, ¿quién podría verlos?
Me eché al mar, pero no salvé ninguna.

Perdí también mi copa y mi anillo,
y mi cota de acero y mi caballo.
Perdí mi yelmo de oro y pedrería...

Suben al labio súplicas extrañas...
Sobre mi corazón pesan montañas...
Miro asombrada mis manos vacías...


Florbela Espanca (Trad. de Viernes)
Imagen: Chagall "La bahía de los ángeles"

7.7.08

tarde de Verão


Sostiene Pereira que le conoció un día de verano. Una magnifica jornada veraniega, soleada y aireada, y Lisboa resplandecía. Parece que Pereira se hallaba en la redacción, sin saber qué hacer, el director estaba de vacaciones, él se encontraba en el aprieto de organizar la página cultural, porque el Lisboa contaba ya con una página cultural, y se la habían encomendado a él. Y él, Pereira, reflexionaba sobre la muerte. En aquel hermoso día de verano, con aquella brisa atlántica que acariciaba las copas de los árboles y un sol resplandeciente, y con una ciudad que refulgía, que literalmente refulgía bajo su ventana, y un azul, un azul nunca visto, sostiene Pereira, de una nitidez que casi hería los ojos, él se puso a pensar en la muerte.


Antonio Tabucchi, Sostiene Pereira


Imagem: Praça dos Restauradores com Avenida da Liberdade, Lisboa. Verão do 2006,

ouve-se Estrela da tarde, do Carlos do Carmo:

2.7.08

se diría tu voz...


Evocan las aguas un canto para helar el vaho y la sombra.

Que tu cabeza lavada alargue hacia aquí la medida y escudriñé los costados del mar

y la perdida lumbre que brilla en la orgullosa humedad muerta.



(En la lejanía del abismo, de pronto la mariposa nocturna se volvió contemplativa, invisible y paciente como la devoción y flexibilidad que se le volaban las patas.)

Uno llega, se oculta por no saber que ha llegado y se encuentra un estruendo:

se diría tu voz,
pero la incidencia de la luz y un olor de vejez
no dejan ver su trance original, que era una sonrisa.


Jaime Saenz


Imagen: Peonías y mariposa, de Hokusai