26.7.14

LAS ROSAS DE BABILONIA

No me preguntes cómo pasa el tiempo.
Liu Kiu Ling


No me preguntes cómo pasa el tiempo.
El caso es que ya estoy un poco sordo
y el pelo me blanquea. Sin embargo,
aún siento un no sé qué, algo muy tenue
(como un temblor de luna en un estanque),
aquí, justo en la boca del estómago,
cada vez que te miro. Qué curioso,
qué curioso, ¿verdad? Qué raro: el tiempo,
que en Babilonia destruyó las rosas,
que terminó con Júpiter y a polvo
redujo los imperios y las caras
(que todo se lo llevó por delante
como un rinoceronte enloquecido),
me parece que hoy se va a dejar
los dientes (por lo menos), en su inútil
empeño de ir borrándote esos ojos
que intactos —yo lo quiero— aquí se quedan.


Víctor Botas

Imagen: Jardines colgantes de Babilonia. Heemskerck.

1 comentario:

Graça Pires dijo...

A passagem do tempo vai tecendo e destecendo a nossa vida...
Um beijo, amigo.