1910
(INTERMEDIO)
Aquellos ojos míos de mil novecientos diez
no vieron enterrar a los muertos,
ni la feria de ceniza del que llora por la madrugada,
ni el corazón que tiembla arrinconado como un caballito de mar.
Aquellos ojos míos de mil novecientos diez
vieron la blanca pared donde orinaban las niñas,
el hocico del toro, la seta venenosa
y una luna incomprensible que iluminaba por los rincones
los pedazos de limón seco bajo el negro duro de las botellas.
Aquellos ojos míos en el cuello de la jaca,
en el seno traspasado de Santa Rosa dormida,
en los tejados del amor, con gemidos y frescas manos,
en un jardín donde los gatos se comían a las ranas.
Desván donde el polvo viejo congrega estatuas y musgos,
cajas que guardan silencio de cangrejos devorados
en el sitio donde el sueño tropezaba con su realidad.
Allí mis pequeños ojos.
No preguntarme nada. He visto que las cosas
cuando buscan su curso encuentran su vacío.
Hay un dolor de huecos por el aire sin gente
y en mis ojos criaturas vestidas ¡sin desnudo!
New York, agosto 1929.
(INTERMEDIO)
Aquellos ojos míos de mil novecientos diez
no vieron enterrar a los muertos,
ni la feria de ceniza del que llora por la madrugada,
ni el corazón que tiembla arrinconado como un caballito de mar.
Aquellos ojos míos de mil novecientos diez
vieron la blanca pared donde orinaban las niñas,
el hocico del toro, la seta venenosa
y una luna incomprensible que iluminaba por los rincones
los pedazos de limón seco bajo el negro duro de las botellas.
Aquellos ojos míos en el cuello de la jaca,
en el seno traspasado de Santa Rosa dormida,
en los tejados del amor, con gemidos y frescas manos,
en un jardín donde los gatos se comían a las ranas.
Desván donde el polvo viejo congrega estatuas y musgos,
cajas que guardan silencio de cangrejos devorados
en el sitio donde el sueño tropezaba con su realidad.
Allí mis pequeños ojos.
No preguntarme nada. He visto que las cosas
cuando buscan su curso encuentran su vacío.
Hay un dolor de huecos por el aire sin gente
y en mis ojos criaturas vestidas ¡sin desnudo!
New York, agosto 1929.
Federico García Lorca, Poeta en Nueva York
la imagen es del propio Lorca "autorretrato en Nueva York"
y suena, claro, aprovechando la continuidad temática: "la voz"
http://www.youtube.com/watch?v=NwoAm0ggHFc
2 comentarios:
Este poema de Federico García Lorca
é um poema lindíssimo, intenso, que o afasta da "sentimentalidade" de outros poemas. "No preguntarme nada. He visto que las cosas
cuando buscan su curso encuentran su vacío."
Um beijo.
Qué grata sorpresa, amigo Viernes. No pensaba que citarías a Lorca, pero lo has hecho y con un poema magnífico, tal y como nos tienes acostumbrados. Sobre "Poeta en Nueva York" se me ocurrió algunos años que se podría diseñar una actividad TIC, a través de Google Earth, donde el objetivo sería localizar los lugares a los que aludía Lorca e incrustar el poema correspondiente, para realizar, así, un mapa poético de N.Y. Tal vez lo intente algún día.
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