YO QUE PASÉ
Eran gritos de un dolor humano
y un viento distante en las copas de los árboles
meciendo el silencio y la lividez de la calle
tortuosa, ambigua, de altos y mezquinos edificios,
y callejones y escaleras y agua corriendo perdida
a la orilla de un paseo donde de pronto
había ventanas pequeñitas, lejanas, y una luna enorme
suspendida entre nubes, la ciudad entera
vista sólo desde un lado como los gritos.
Un perro se escabulle de una caja volcada.
Y un semblante encogido en el portal de donde el perro había salido,
duerme profundamente la soledad y el frío,
la casa, la cama y la mesa, tantas, tantas,
que mal se oyen los gritos... Los habría oído yo
que pasé, que sólo pasé, en el sueño
de un semblante adormecido, que en él fui
la mano amiga, el rostro sonriente, la puerta entreabierta,
los pasos que se pierden por el largo pasillo,
al fondo la claridad, inmensa gente, la vida,
la que es de otros, se adivina, voces –
mis pasos tristes más un perro que huye.
Eran gritos de un dolor humano
y un viento distante en las copas de los árboles
meciendo el silencio y la lividez de la calle
tortuosa, ambigua, de altos y mezquinos edificios,
y callejones y escaleras y agua corriendo perdida
a la orilla de un paseo donde de pronto
había ventanas pequeñitas, lejanas, y una luna enorme
suspendida entre nubes, la ciudad entera
vista sólo desde un lado como los gritos.
Un perro se escabulle de una caja volcada.
Y un semblante encogido en el portal de donde el perro había salido,
duerme profundamente la soledad y el frío,
la casa, la cama y la mesa, tantas, tantas,
que mal se oyen los gritos... Los habría oído yo
que pasé, que sólo pasé, en el sueño
de un semblante adormecido, que en él fui
la mano amiga, el rostro sonriente, la puerta entreabierta,
los pasos que se pierden por el largo pasillo,
al fondo la claridad, inmensa gente, la vida,
la que es de otros, se adivina, voces –
mis pasos tristes más un perro que huye.
Jorge de Sena, Pedra filosofal (Trad. Viernes)
La imagen es de Edward Hopper "Domingo",
y suena la Balada de Outono de Zeca Afonso, en su último concierto en 1983:
3 comentarios:
Sim, passaste...
A tradução é muito boa, parece que essa é a sua língua original.
É um poema muito belo e essa canção é a canção do meu domingo. Origada...
A solidão. O silêncio A dor. Tudo concentrado aqui: no belíssimo poema de Jorge de Sena, na pintura de Hopper, na música do Zeca, que não voltou a cantar...
Eu passei por aqui e emocionei-me.
Um abraço.
uhm... me gusta pero me parece complicado :)
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