Me meto para dentro y cierro la ventana.
Traen el quinqué y dan las buenas noches,
y mi voz contenta da las buenas noches.
Ojalá mi vida sea siempre esto:
el día lleno de sol, o suave de lluvia,
o tempestuoso como si se acabase el mundo,
la tarde suave y las cuadrillas que pasan
miradas con interés desde la ventana,
la última mirada amiga al sosiego de los árboles,
y después, cerrada la ventana, el quinqué encendido,
sin leer nada, ni pensar en nada, ni dormir,
sentir la vida correr por mí como un río por su lecho,
y ahí afuera un gran silencio como un dios que muere.
Alberto Caeiro
Traen el quinqué y dan las buenas noches,
y mi voz contenta da las buenas noches.
Ojalá mi vida sea siempre esto:
el día lleno de sol, o suave de lluvia,
o tempestuoso como si se acabase el mundo,
la tarde suave y las cuadrillas que pasan
miradas con interés desde la ventana,
la última mirada amiga al sosiego de los árboles,
y después, cerrada la ventana, el quinqué encendido,
sin leer nada, ni pensar en nada, ni dormir,
sentir la vida correr por mí como un río por su lecho,
y ahí afuera un gran silencio como un dios que muere.
Alberto Caeiro
Imagen "Mujer en la ventana" de Friedrich
1 comentario:
Me gusta mucho pronunciar en portugués la palabra "janela", es como algo que se abre...
Últimamente leo mucho a Pessoa y aunque yo siempre me sentí más afín a Álvaro de Campos, reconozco que este poema siempre me estremeció. Que alguien pida que su vida sea un día lleno de sol o un día suave de lluvia es inexplicable, digno de ser sentido...
um beijo
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