IRENE MIRA POR PRIMERA VEZ LA LLUVIA
Tiene el cielo un aspecto de libro encuadernado,
como la piel oscura y pensativa.
Tú no puedes saberlo.
Ni siquiera conoces todavía
su resplandor nostálgico
de laguna que cruza por medio de la tarde
llena de ojos inquietos, cofres y nadadores.
Porque cualquier mirada necesita
todo lo que se duerme detrás de una pupila.
Deja pasar mil noches:
que tu ciudad se tienda con el gesto
gris de las alamedas,
que el suelo de tu casa parezca interminable,
movedizo, igual que los desiertos,
y que tu corazón, sombra partida
por el cristal de la ventana,
sepa cómo discurre la humedad
de una presencia extraña.
Camino de los nombres y los días
es una ley de tribu
que la lluvia se viva en primera persona
con un dejo de alma trabajada
y que el mundo respalde
su dudoso prestigio
en tu pequeño corazón sin mundo.
Lo repiten mil veces los libros de poesía.
Vive y sueña despierta
el difícil derecho que tendrán tus deseos
a reclamarte tiempo, a pensar por sí mismos.
Luis García Montero
Tiene el cielo un aspecto de libro encuadernado,
como la piel oscura y pensativa.
Tú no puedes saberlo.
Ni siquiera conoces todavía
su resplandor nostálgico
de laguna que cruza por medio de la tarde
llena de ojos inquietos, cofres y nadadores.
Porque cualquier mirada necesita
todo lo que se duerme detrás de una pupila.
Deja pasar mil noches:
que tu ciudad se tienda con el gesto
gris de las alamedas,
que el suelo de tu casa parezca interminable,
movedizo, igual que los desiertos,
y que tu corazón, sombra partida
por el cristal de la ventana,
sepa cómo discurre la humedad
de una presencia extraña.
Camino de los nombres y los días
es una ley de tribu
que la lluvia se viva en primera persona
con un dejo de alma trabajada
y que el mundo respalde
su dudoso prestigio
en tu pequeño corazón sin mundo.
Lo repiten mil veces los libros de poesía.
Vive y sueña despierta
el difícil derecho que tendrán tus deseos
a reclamarte tiempo, a pensar por sí mismos.
Luis García Montero
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la imagen a veces se ve desde mi balcón, abril es un mes que hermana la ternura con la lluvia, la alegría se tamiza a través de nostalgias de ayer y de mañana... y hoy no llueve, pero me apetece mucho este poema, esta ternura, mientras suena el Dios de la lluvia de el último de la fila...
2 comentarios:
Abril y noviembre son para mí meses extraños...pero sé que este mes es la puerta a días de calma donde contemplar la lluvia...
un beso
el difícil derecho que tendrán tus deseos a verse cumplidos, y entonces, será el vértigo de vivirlos de cerca y habrá que comprobar si estábamos a su altura
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