16.5.10


FGL



Cosas que sólo sabe quien ha recorrido la ciudad en busca de un rostro.

Que han visto a alguien
en la escalera de incendios
a esa hora en la que una mirada de odio
no puede distinguirse de una de amor.
Que lo han visto
escalera abajo,
y que llegaba tarde a la escuela,
tarde como el miedo del niño que dibuja flechas
en el vaho de los cristales.

Cosas que sólo sabe quien ha recorrido la ciudad en busca de un rostro.

Que la ciudad despierta como bestia de cien ojos
y que cada persiana se abre y se despereza
cual párpado: una joven tras cada persiana
tira de la correa.
Si hubiese nacido hace doscientos años,
en vez de la persiana, esa chica tiraría de la mesana
de un barco.

Cosas que sólo sabe quien ha recorrido la ciudad en busca de un rostro.

Que en el puerto de Nueva York
había aquel año asalariados cuya única labor
consistía en abrir de par en par ventanas altas,
y que los Abridores de Ventanas se disputaban
con un marasmo de feriantes y adivinadores
un hueco a orillas del Hudson:

- ¡Ahí va! ¡Ahí va el poeta a quien fusilarán
dentro de seis años!

Mientras tanto, la cara de Federico
se escondía inconstante en el camarote
sin entender, sin ver, sin oír, sin saber
que Rimbaud y Lizardi recorrían
las espaldas frías de todos los amantes,
y con voz cada vez más queda,
preguntaban por él surco a surco.

Son cosas que sólo sabe
quien ha recorrido la ciudad
en busca de un rostro.



Harkaitz Cano, Alguien anda en la escalera de incendios (Ed. El Gaviero, 2008)


Imagen: Central Park, 15 de mazo de 2009

Música: Avalanche, de Leonard Cohen,

3 comentarios:

maría nefeli dijo...

Bello poema...ese comienzo es cierto como una presencia.
Un beso

Toni dijo...

Cuanto tiempo desde que estuviste en NY!!! Parece ayer!

Graça Pires dijo...

Só que percorre a cidade em busca de um rosto se apercebe da vida da própria cidade...
Um belíssimo poema!
Um beijo, amigo.