¡Qué dulce sería, oyendo bajar al arroyo,
con ojos medio cerrados, que siempre pareciera
que caíamos en el sueño, casi dormidos!
Soñar un sueño, como aquella luz de ámbar
que no dejará el arbusto de mirra en el collado;
oír el susurro de los otros;
comiendo loto día tras día,
observar los remolinos en la playa
y tiernas líneas curvas de cremosa espuma;
ceder nuestros corazones y espíritus
al mando de la mansa melancolía;
meditar y rumiar, y vivir otra vez en el recuerdo
con los antiguos rostros de la infancia
debajo de un montículo de hierba,
dos puñados de polvo blanquecino,
encerrados en una urna de bronce.
con ojos medio cerrados, que siempre pareciera
que caíamos en el sueño, casi dormidos!
Soñar un sueño, como aquella luz de ámbar
que no dejará el arbusto de mirra en el collado;
oír el susurro de los otros;
comiendo loto día tras día,
observar los remolinos en la playa
y tiernas líneas curvas de cremosa espuma;
ceder nuestros corazones y espíritus
al mando de la mansa melancolía;
meditar y rumiar, y vivir otra vez en el recuerdo
con los antiguos rostros de la infancia
debajo de un montículo de hierba,
dos puñados de polvo blanquecino,
encerrados en una urna de bronce.
Alfred Tennyson
Imagen: Shi Tao, "Paisaje, figura y flores"
Música: Anni B. Sweet, "Take on me":
2 comentarios:
Genial Poema! En dos dias salgo para Lisboa. Tengo una boda y espero poder pasear un poco por la ciudad :) Esto es para darte envidia!
"ceder nuestros corazones y espíritus
al mando de la mansa melancolía;"
Um belo poema que gostei mesmo de ler.
Um beijo, amigo.
Publicar un comentario