6.10.08

CHRYSOPEIA


Del ocre de la tierra puede hacerse un color para la humildad de nuestros ojos.
Crecimos bajo un horizonte de hierro y de lentejas, cada invierno
nos abrigábamos en la lana sucia de las creencias
de nuestras madres. Hemos sido tan pobres
como la hucha de barro de nuestra ingratitud.
Pero también nosotros podemos transformarnos
en los crisoles de la primavera. Encontrar hierbas
que destilen un verde más brillante
que la locura. Púrpuras
en la oscura babosa,
y una mezcla de azufre con mercurio
más roja que la sangre. Somos hijos
también de nuestros sueños,
más allá del grasiento vapor de la cocina,
somos los inventores del azul ultramar,
y podemos pintarnos
cielos más altos que los de la noche,
cielos oscuros, infinitamente,
más azules,
cielos eternos
donde nos pertenezcan las estrellas.



Ana Isabel Conejo, Colores

y acompaña un campo de trigo del señor Van Gogh,

y esta canción desempolvada:


4 comentarios:

paula dijo...

El índigo,forma parte del arco iris,ese que sale después de tolerar la lluvia y lo llena todo de color,de alimenticias miradas,de reencuentros con universos.
un outonalsaludo.paula

samsa777 dijo...

callida iunctura...

maría nefeli dijo...

Sería hermoso poder convertirse en los crisoles de la primavera...
un beso

Anónimo dijo...

"más allá del grasiento vapor de la cocina,
somos los inventores del azul ultramar,"

órale

soy fan del azul ultramar esté del lado que esté

beso