1.6.08

enquanto estudo


PASAJE



a)

La necesaria ironía
de caminar
por la más que urbana ciudad
en la distraída errancia
de los días,

pensando
en como somos de espurios
y en como,
por una especie de fe,

buscamos
“la verdad en un alma
y en un cuerpo”.


b)

La vida encuentra su camino,
el mágico resucitar del día,
las visiones sin regreso.

Estar a la puerta de casa
sin pensar que la noche
nos envuelve los cuerpos,

lee en los cielos el rostro,
el pasaje de las horas,
el castigo de no haber amado.

Lee en los cielos la sorprendente fuga,
la migración.
En la ciudad-río, en su curso,

Caronte llora por nosotros.



Luis Quintais, A imprecisa melancolia (Traducción de Viernes)


y dejo una imagen del río Aqueronte, quizá Caronte siempre tuvo nostalgia de esa luz...

2 comentarios:

maría nefeli dijo...

Sí, Caronte siempre tuvo nostalgia de la luz. Sólo presenciaba viajes sin retorno en medio de la muerte: ese lugar tan oscuro, como una casa vacía desde donde todo acaba de marcharse...
un beso

Luna dijo...

Nostalgia...No creo que Caronte tuviera sólo nostalgia de esa luz, supongo que echaría de menos todas las luces ajenas a los fuegos fatuos, pero supongo que si tuviera que elegir una luz más especial...elegiría la luz de ese paisaje, puesto que inspira mucha tranquilidad.

Enhorabuena por el blog, estoy aquí recomendada por Amparo :D

Un beso.
Luna (más conocida como Raquel, la chica del tango)