CARTAS
I
La mitad de la carta la escribe el destinatario.
Tú que estás esperando mis renglones
sabes ya mucho de mí, incluso
cosas que yo no veo por estar demasiado cerca.
Tienes mucho que decirme
por medio de los garabatos de mi mano.
Del papel que tengo delante asciende
un susurro como de auriculares abandonados.
III
Es mucho más sabio lo escrito
que quien escribe.
Estos renglones se van torciendo cada vez más
y el susurro de la carta se va desplazando
hacia algo que no pretendíamos ninguno de los dos.
Entonces quizá se desgaje el último párrafo
y cuente algo más allá de nosotros dos –
nuestra historia vuelta de espalda, tan vigente
que nuestros rostros se atreven a abandonarnos.
I
La mitad de la carta la escribe el destinatario.
Tú que estás esperando mis renglones
sabes ya mucho de mí, incluso
cosas que yo no veo por estar demasiado cerca.
Tienes mucho que decirme
por medio de los garabatos de mi mano.
Del papel que tengo delante asciende
un susurro como de auriculares abandonados.
III
Es mucho más sabio lo escrito
que quien escribe.
Estos renglones se van torciendo cada vez más
y el susurro de la carta se va desplazando
hacia algo que no pretendíamos ninguno de los dos.
Entonces quizá se desgaje el último párrafo
y cuente algo más allá de nosotros dos –
nuestra historia vuelta de espalda, tan vigente
que nuestros rostros se atreven a abandonarnos.
Kjell Espmark, Voces sin tumba
Imagen:" Muchacha de espaldas", Dalí
3 comentarios:
Fantástica entrada, juego de perspectivas.
Un saludo
Gracias,una vez mas desconocia al autor.Me ha encantado y además, has conseguido una fusión perfecta,con la imágen que lo acompaña.Tus sensaciones compartidas ,saben mucho de cercanias y de didáctica.
desde hace algún tiempo, cuando quiero sentirme, y en paz, me paseo por tu espacio... jamás equivoco la ocasión
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