PISCIS/ 7
Un edificio en construcción,
cuántas veces hicimos el amor
sintiendo la mezcla de cal en el cemento.
El batacazo de la masa orgullosa
tintinaba en mi interior como pulgar en una campana,
coz dada con la mano contra un jarro de vidrio.
Tu vaivén continuaba sobre mí
recordándome el ingenio
de azúcar en reposo
la noria con cangilones
el grano molido.
Oía toser a un viejo albañil
cuando por fin descansabas.
Tu peso acostado
detrás de mi espalda
sonaba en la hojalata del plato
o en el metal del vaso
los arreglos tardíos de la fiambrera manchada
por grasas que la uña
ya no logra arrancar.
Rábidos subíamos hasta el terrado,
juntos nos sentábamos,
columnas partidas tapizaban el suelo.
Enfrente veíamos el mar de repente bronco,
populoso y lento
desvaneciéndose en barcos, sirenas, grúas,
chimeneas listadas, gaviotas alrededor,
la mirada cansada, sintiéndome húmeda
oía en los dientes el pálpito de tu sangre.
El olor que rezumas formaba por encima
de nosotros un dosel,
mansa caía la tarde azulada.
Al fondo la iglesia y sus minaretes,
la luna observaba detrás del cimborrio,
caía el polvo de un imperio deshecho
sobre Lisboa al fin pacificada.
Fatima Maldonado
Un edificio en construcción,
cuántas veces hicimos el amor
sintiendo la mezcla de cal en el cemento.
El batacazo de la masa orgullosa
tintinaba en mi interior como pulgar en una campana,
coz dada con la mano contra un jarro de vidrio.
Tu vaivén continuaba sobre mí
recordándome el ingenio
de azúcar en reposo
la noria con cangilones
el grano molido.
Oía toser a un viejo albañil
cuando por fin descansabas.
Tu peso acostado
detrás de mi espalda
sonaba en la hojalata del plato
o en el metal del vaso
los arreglos tardíos de la fiambrera manchada
por grasas que la uña
ya no logra arrancar.
Rábidos subíamos hasta el terrado,
juntos nos sentábamos,
columnas partidas tapizaban el suelo.
Enfrente veíamos el mar de repente bronco,
populoso y lento
desvaneciéndose en barcos, sirenas, grúas,
chimeneas listadas, gaviotas alrededor,
la mirada cansada, sintiéndome húmeda
oía en los dientes el pálpito de tu sangre.
El olor que rezumas formaba por encima
de nosotros un dosel,
mansa caía la tarde azulada.
Al fondo la iglesia y sus minaretes,
la luna observaba detrás del cimborrio,
caía el polvo de un imperio deshecho
sobre Lisboa al fin pacificada.
Fatima Maldonado
La imagen es la caratula de la película "Lisboa story" de Wim Wenders, entrañable película donde el autor trata de ponerle ruido a una ciudad callada, alcanzando en su propósito un amor imposible...
Suena "Ainda" de Madredeus, en escena de la citada película:
5 comentarios:
Me gustó eso de ponerle ruido a una ciudad callada...
aún no la ví...
pero intuyo que es de las que me gustan...
un beso
señorito le he llamado y estaba fuera de cobertura.A ver si va a tener una relación díficil como yo con el móvil...
Bonitas palabras, bonita película, mi adorado Wilhelm Wim Ernst Wenders, unos de mis directores- guionistas preferidos. Para mi compi de- ciudades imprevistas-, que placer! “lisboa story”, “Paris, Texas”, “Alicia en las ciudades”... y tantas otras, pero sobre todo “En el curso del tiempo” fue el curso de mi tiempo.
tan lejos, tan cerca
gracias, anónimo, buscaré "en el curso del tiempo", ya tengo localizada "alicia en las ciudades", también me gustaron mucho "tierras de abundancia" y "hasta el fin del mundo"
saludos
Gracias a tí por tu blog.
http://es.youtube.com/watch?v=9zq-EBhErEI&feature=related
un pequeño trailer de la peli.
tanlejostancerca (no puedo registrarme o no sé)
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