27.4.13


Envejecemos con una vara
de medir el sol entre los ojos.
No comprendemos esas señales
inscritas en el margen del abismo.
Ni a los bosques que abrigan
las sombras y la lluvia.
Ni esa misteriosa relación de los astros
en la parte callada de los cielos.
Un alboroto sordo resuena, funerario,
en el paisaje cuando, más allá de los montes, el trino de los pájaros
es tan nítido como el soplo de ese miedo que trastorna
la leve inclinación de las planicies.

Graça Pires (Trad. José Ángel García Caballero)

Imagen: Estuario azul, Maria Helena Vieira da Silva

1 comentario:

Graça Pires dijo...

José Angél,meu Amigo: obrigada pela divulgação que fazes da minha poesia. O poema também me soa muito bem em castelhano. Deve ter sido um recital muito interessante.
Bem hajas e um beijo.