RENACER
Dejamos la
barca sin amarrar
y entramos
vacilantes en la espesura de la isla
la cabeza
llena de susurros. Un mar prehistórico
desapareció
entre los árboles. Caímos en la hierba
a pleno
sol. El claro del bosque se apagó, rojo.
Lo último
que vi fue tu cuello palpitante.
Primero se
crea el zumbido de la mosca, luego la luz.
Miramos
entrecerrando los ojos y vemos renovarse el mundo.
El viento
llena los árboles de hojas.
Tú te ríes
porque la hierba existe.
La
libélula se eleva, desciende, se eleva.
Y han pasado
mil años.
Kjell Espmark (Trad. Francisco J. Uriz)
Imagen: Paul Klee, Polifonía
Música: Rodrigo Leõ, A praia do norte
1 comentario:
Precioso poema,el final me dejò un poco perpleja ya que una no se lo espera que termine asi.Optimo post.Un abrazo.Maria Z.
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