La mar que dices calma
velas blancas al viento
brisa de los pinos y del Monte Egina
hálito exhausto;
se deslizaba tu piel sobre la suya
fácil y cálida
pensamiento apenas esbozado y pronto olvidado.
Pero en los bajíos
un pulpo arponeado lanzó su tinta
y en el fondo –
si pensaras en que hasta las islas hermosas tienen fin.
Yo te miraba con toda la luz y oscuridad que poseo.
Yorgos Seferis (Trad. Pedro Bádenas de la Peña)
Imagen: Jan Dibbets, Horizon/ Land and Sea
Música: Silvia Pérez Cruz, "Veinte años & temps perdut"
1 comentario:
Bellisimo poema,he nacido y crecido en una localidad balnearea y cuando veo èsta clase de poemas ,donde el mar es uno de los protagonistas me emociono.Optimo post.Daniela V.
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