23.9.15

DE NOCHE SOBRE LA ACRÓPOLIS

Una noche, en Atenas, en el mar blanco
de la Acrópolis, la lechuza dijo Atenea.
No fue un reclamo maligno, la luna
demasiado blanca, el granito dura espuma;
y el olivo cercano al Erecteion
componía oblicuos triángulos ondulados,
escarabajos en movimiento. Cantó la lechuza
sobre la mar, fresca y feliz. Animaban
las columnas bestias de sangre blanca
en los fustes. Pájaro absorto
la lechuza y da vueltas a sus meditaciones,
una eclipse melódica con su pico
fundido y perfecto. El guía decía
desde su ondulación lunar
que en el centro del Partenón
el estallido de un polvorín turco
dañó la armonía de los volúmenes,
hablaba de la caída de Palas Atenea,
del advenimiento de María
Virgen Madre, hija de su hijo,
Sobre el cuerno de madera de la amarilla lechuza.


Salvatore Quasimodo (Trad. Antonio Colinas)

Imagen: Erecteion, octubre de 2014

17.9.15

TIEMPOS DE CONDENA

Tiempos tristes, feroces,
de condenas a muerte,
de prolongadas sombras en aullidos y llantos.
No se puede dormir y si se duerme,
el sueño es una cárcel clavados los cerrojos.
Tiempos en que el amor pena sobresaltado,
roto por las llamadas urgentes a la lucha,
en que pueden sacarlo a la fuerza del lecho
para ser fusilado una lívida aurora.
Tiempos malditos de diarias súplicas,
de noches angustiadas en espera del día,
de ese negro minuto en que una mano helada
tacha sin vacilar la vida de los hombres.
Tiempos desesperados,
infelices, sombríos,
en que es casi un delito el contemplar las flores,
alabar los azules del mar y la armonía
del vuelo de las aves que en otoño se alejan.
Pero a pesar de tantos años oscuros,
tiempos también del alma que en su alto desconsuelo
espera que la luz se filtre entre la sangre
y se establezca en paz por encima de todo.


Rafael Alberti, Fustigada luz

Imagen: Viera da Silva, París

9.9.15


LUTO OFICIAL POR LOS AHOGADOS

Ni uno solo de entre los ciudadanos disfrutará,
Pericles, de las fiestas, despreciando los duelos
que retumban de llanto. Ni la ciudad.
Porque a hombres muy grandes los arrastró la ola
del mar que mucho brama. Y tenemos el pecho
hinchado de dolor.



Arquíloco (Trad. Aurora Luque)

Imagen: Gericault, La barca de la medusa