Eróstrates
vino al mundo
en
Éfeso
y
cruzó el Ponto.
Vestía
túnica
que
no lavaba nunca.
Hablaba
de proporciones
y
armonía.
De
números, en suma.
Perdió
una sandalia
y
lo lamentó un minuto.
Frecuentó
plazas y mercados.
Envejeció
al Sol.
Comió
sardinas y sus raspas.
Amó
las ninfas
de
las calles.
Murió
callado
y
serio. Y pobre.
Y
elegante.
Luis
López, La mirada del
présbita (Neopatria, 2019)
Música: https://www.youtube.com/watch?v=EXZ4T9XSu5Y
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