20.1.18

DESEMPLEO

Me llaman de repente
a la palabra invierno.
Entro en ella. Me piden
disculpas sin mirarme.
Ya no trabajo aquí.

Voy por última vez
hasta la primavera.
En una caja meto
el sol, la rama verde,
mis sílabas contadas.

Llevo mis pertenencias
a un verano cerrado
sin oficio de mí.
Es el sonido triste
de los despertadores.

Y respiro el otoño
con este yo borrado.
Las hojas amarillas
me hablan de un trabajo
que pertenece al viento.


Luis García Montero. A puerta cerrada. (Ed. Visor, 2017)
Imagen: Above. Zaragoza

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