Aquí, la puerta abierta,
unos gatos que muerden basuras y esperanzas
-esta marejadilla sin plata que arrasar-
y aquí suelo dejarme,
sentada hacia la lluvia
sin apenas decirte lo mucho,
sin tu forma de hablarme socavada en el gesto.
Ni voy reconociendo
desmantelados signos de la tarde tan larga.
Pero es que sin tu risa
soy capaz de extenderme satisfecha en la noche
y soy capaz de tanta soledad.
Ya sé que somos dos.
Podríamos herirles los ojos a los puentes
aunque duele ese número,
-herirlos gravemente,
definitivamente-
y luego avanzaríamos hasta donde los cisnes,
hacia aquella ventana que sugieren las olas,
hasta donde los cisnes poseyeron a Leda,
allí te besaría una vez más
donde se descomponen tu pasado y el mío.
Es tan roja,
tan roja,
la forma de morir de algunas tardes.
Teresa Gómez
Imagen: Giorgio de Chirico
Música: Rain, por George Winston
http://www.youtube.com/watch?v=Ew5j8KMO_Hc&feature=related
4 comentarios:
Estremecedoramente hermoso. Fantástico.
Hermoso en su intimidad.
Nos leemos.
Me gusta mucho el final. Muy poetico!
Precioso!
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