EPITAFIO DE UN POETA
Tantas veces pisé las tierras brumas
y atravesé las apretadas mieses,
los ateridos mares
y la remota arena del desierto.
En tantas ocasiones dije arder
al otro lado del espejo, tantas
hice de la palabra mi mortaja
volvendo del abismo
para así relatar viejas historias
de tiempo por venir.
Tantas veces probé en la veloz noche
el placer de su búsqueda
- o quizá fuera ella en busca mía -.
Tantas veces charlamos junto al fuego
que creí comprenderla.
Ahora vuelvo a entrar
en su austero palacio.
Nada de esto resulta conocido.
Mario Vega. La mala conciencia. (Ed. Hiperión, 2019. Premio "València Nov")
CON VIEJAS PALABRAS
Estas viejas palabras donde fluye mi vida
tan nueva en este día que se acaba
de otoño y de nostalgia, los adioses,
estos versos del tiempo, temporales,
derramándose a veces con su música
sobre el cansancio amigo de la carne
como lluvia primera sobre el polvo,
la boca que me besa en mis desiertos,
la viva transparencia de tu amor
colmándose de risas y de auroras
en la cárcel del agua,
la fuente que eres tú.
José Iniesta. Llegar a casa. (Ed. Renacimiento, 2019)
ciudades imprevistas
mas a cidade é-me incógnita... Fernando Pessoa
2.12.19
13.9.19
RECOMENZAR
Buenos días, abatimiento de un día de
nieve
y del reencuentro con las antiguas
ilusiones.
Buenos días, camarada vida, la esperanza
se dispersa
en pequeñas luces brillantes, trémulas
como luciérnagas,
a la orilla de una noche que viene por
detrás de todas las noches.
Buenos días, palabras.
Luís Filipe Castro Mendes. Outro Ulisses regressa a casa. Trad.
J.A.G.C.
Imagen: Monet, Campo de trigo.
2.9.19
EL ÁRBOL
Miro el árbol bañado por el sol. Miro sus
ramas, sus hojas, cómo sus raíces salen de la tierra. Amanece y nada parece
acabar nunca. Todo desde su principio: el viento, el pájaro pequeño que me mira
desde el árbol, la hierba que crece alrededor. Acerca mi mano hacia la luz del
sol entre las ramas. Es como si pudiera acariciarlo. Me quedo detenida bajo el
árbol. Todo cabe en su luz atravesando las hojas. Todo cabe. Todo cabe en mis
dedos. Mi nombre, de repente. Mi corazón, de repente. Hermoso árbol que no conoce
la noche, cuida de mí.
Marta López Vilar. El gran bosque. (Pre-textos, 2019)
Imagen: Chagall
5.6.19
Tornar
Quen puidese tornar
a ese lugar bendito da nenez.
Aos alegres cantos
dos axóuxeres,
o son da choiva
o cheiro do pan de millo,
a prata dos peixes e as estrelas
o voo oblícuo das gaivotas
as queridas voces
das longas historias na lareira.
Quixen tornar moitas veces
mais no tiven cuidado,
como o fixo Polgariño,
de deixar migas de pan polo camiño.
Mila Villanueva, Onde dá a volta o aire (Fundación Rosalía de Castro, 2018)
Imagen: Marc Chagall
Eróstrates
vino al mundo
en
Éfeso
y
cruzó el Ponto.
Vestía
túnica
que
no lavaba nunca.
Hablaba
de proporciones
y
armonía.
De
números, en suma.
Perdió
una sandalia
y
lo lamentó un minuto.
Frecuentó
plazas y mercados.
Envejeció
al Sol.
Comió
sardinas y sus raspas.
Amó
las ninfas
de
las calles.
Murió
callado
y
serio. Y pobre.
Y
elegante.
Luis
López, La mirada del
présbita (Neopatria, 2019)
Música: https://www.youtube.com/watch?v=EXZ4T9XSu5Y
30.12.18
8.11.18
9.9.18
Ayudadme a comprender lo que os digo, y os lo explicaré más despacio.
*
Sólo en el silencio, que es, como decía mi maestro, el aspecto sonoro de la nada, puede el poeta gozar plenamente del gran regalo que le hizo la divinidad, para que fuese cantor, descubridor de un mundo de armonías. Por eso el poeta huye de todo guirigay y aborrece esas máquinas parlantes con que se pretende embargarnos el poco silencio de que aún pudiéramos disponer.
*
Juan de Mairena hacía advertencias demasiado elementales a sus alumnos. No olvidemos que éstos eran muy jóvenes, casi niños, apenas bachilleres; que Mairena colocaba en el primer banco de su clase a los más torpes, y que casi siempre se dirigía a ellos.
*
No olvidéis que es tan fácil quitarle a un maestro la batuta, como difícil dirigir con ella la quinta sinfonía de Beethoven.
Antonio Machado. Juan de Mairena
Imagen: La muerte de Sócrates. David
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