24.3.12

CANCIÓN PARA KEATS

El hueso, ahora, no sirve,
la humedad sigue naciendo esta noche en mi boca.
Un contrabajo se tambalea dentro,
rasga toda la furia.

(Aquellos hombres arrancaban todas las viejas traviesas
de aquel inacabado carguero que regaba el mar,
allí, donde nadie excavaba surcos en las calles espejo,
tú dijiste:
En otras ciudades esos surcos permanecían.
Ellos tapaban la tierra.
Negaban la raíz del eje por donde necesitaban circular.

Un día, una distancia inversa, aquel tramo de tiempo se quiebra.
Oxida la música, y la lluvia negra quema la ciudad,
mientras aquellos hombres duermen.)

Y es aquí,
mecida tras tu espanto, cuando
ese contrabajo soy yo, y todo muere en mi nuca.


Luci Romero, El diluvio (Ed. Amargord, 2012)

Imagen: Picasso, Violín y guitarra
Música: Garbarek, The tall tear trees


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